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La mañana antes de la infección… aún la recuerdo…

Me desperté de mala gana, de nuevo, 5:30 de la mañana… Hora de ir a la escuela. Salí de la cama, fui directamente al baño, me quité los shorts y me metí a la ducha, una fría ducha a las 5 de la mañana, justo lo que necesito para despertar. El agua caía por mi desnudo cuerpo mientras pensaba en las cosas que haría hoy, aunque realmente no iba a hacer nada, solo escuchar las clases que me tocaban hoy, irme a casa y esperar al siguiente día, nunca he sido el ser más sociable del mundo, es la verdad.

Una vez acabada la ducha, salí, me sequé con una toalla y acerqué mi cara al espejo del baño, mi cara reflejaba estrés y angustia, ojeras y una cara de pocos amigos, ese soy yo.

Voy a mi cuarto y veo qué ropa ponerme, era una mañana algo fría, así que me puse una camiseta negra, una chaqueta del mismo color que hacia juego con la camiseta, shorts oscuros y zapatillas converse para completar. Supongo que mi estilo me define: alguien oscuro.

Busco mi mochila que ya estaba demacrada por el paso del tiempo, llena de dibujos y con algunos trozos de tela faltantes… en definitiva había sido una víctima del duro año escolar. Busco mi celular y luego mis audífonos, los meto en la mochila.

Grité ‘’Mamá’’ para ver si había alguien… El silencio fue mi respuesta, grité ‘’Papá’’ y nada… Ya se han ido a trabajar supongo yo. Nunca he sido muy unido con mis padres, sería asombroso si en un día intercambiara más de 20 palabras con ellos…

Son las 6:30 de la mañana, salgo de mi casa. Sentí el frío viento tocar mi cara y me dirigí nuevamente a esa prisión para estudiantes. Me gusta caminar hacia la escuela, me da tiempo para pensar. Las calles estaban desoladas y una suave lluvia caía, de vez en cuando pasaba uno que otro coche, hoy es un día tranquilo, supongo.

Llegué a mi destino, la escuela, entré por la puerta principal y vi que habían dos chicas sentadas en el banco cerca de la puerta, estaban hablando, en una silla estaba sentada la portera de la escuela, una señora de unos 50 años, ha estado trabajando en esa escuela desde que tengo uso de razón: sin más qué hacer, me dirijo a mi salón.

Entré y había unos veinte o quince alumnos, todos charlando, me dirijo al último pupitre en el fondo, el que ya había sido proclamado por mí mismo mi pupitre personal: Estaba todo rayado, lleno de letras de canciones, dibujos y cualquier estupidez que se me ocurriera dibujar en las aburridas horas de clases.

Al cabo de 20 minutos, el salón ya estaba completamente lleno; entra el profesor de matemáticas, se llamaba Marcus, era un señor de unos 60 años, pero muy bien conservado, era uno de esos profesores que amaban su trabajo y se dedicaban completamente a sus estudiantes, siempre estaba vestido con traje y corbata, zapatos de vestir brillantes y lentes de esos antiguos grandes y gruesos, aún mantenía el estilo de su época.

Esa clase fue de trigonometría, el seno de alfa, el coseno de cinco, Matemáticas… no era mi asignatura favorita. Al cabo de una hora y media terminó la clase, fui el último en salir debido a la ubicación de mi puesto, cuando puse el pie en la salida el profesor me dirigió la palabra:

—Damon ¿Puedo hablar contigo un segundo? —Dijo con voz calmada.

—Claro, ¿Qué se le ofrece? —Dije con voz cansada.

—Debemos hablar sobre tus notas, últimamente han estado muy bajas —Lo decía con un aire muy comprensivo.

—Profesor, creo que ya usted mismo sabe que en su materia soy un desastre, una causa perdida, realmente esta asignatura la doy por fallida. —Alegué, bajando la cabeza

—No deberías tener esa aptitud, puedes elevar tus notas si te lo propones…

—Profesor Marcus, ¿Me puedo ir ya? tengo cosas que hacer.

—Vale, Damon, te veré la próxima semana.

Salí un poco estresado debido a la conversación, no quería hablar de mis notas, simplemente no me interesaban, iba a la escuela por obligación. Me senté en un banquillo cerca de los bebederos de los salones, saqué mi teléfono celular de la mochila, puse los auriculares en mis orejas y me perdí en el tiempo escuchando música. No pasaron ni unos 5 minutos cuando vi a varios niños correr: se había formado una especie de pelea o algo, no le di mucha importancia, pero los gritos fueron tan fuertes que los pude oír incluso con los audífonos puestos. Me los quité y me dirigí a ver qué pasaba… La escena de por si fue una de las más grotescas que he podido ver en mi joven vida, una escena que me atormentará en muchas pesadillas... Uno de los trabajadores de la escuela, creo que uno de los más viejos, estaba sobre una de las profesoras de primaria.

Pensé que era un accidente o algo, pero al ver la cara de ese sujeto, sus ojos completamente blancos, su boca llena de sangre y su cara llena de cortes; la falta de una de sus mejillas a tal punto que podía ver su dentadura completa... La maestra suplicaba ayuda pero al cabo de unos 10 segundos murió, o eso creí yo: El hombre parecía un animal, una bestia desencadenada comiendo trozos de carne de esa profesora, una muy joven por cierto.

Llegaron varios profesores y obreros tratando de neutralizar al obrero, pero no podían con él, no paraba de ‘’comerse’’ a la profesora, incluso aruñó y mordió a algunos profesores. Parecía movido por el odio. De la nada llegó el entrenador de béisbol, con un bate en la mano…

—¡Atrás, denme espacio!

Después de articular las palabras, le propinó un batazo al trabajador en toda la cabeza, dejándolo inconsciente o matándolo del golpe…

Después de ese show de horrores y sangre, llegó la Policía, yo la verdad estaba bastante frío, estático, desconcertado: solo tenía 16 años, no era más que un chico tonto. Evidentemente las clases se acabaron al instante, la escuela no volvería a ser la misma, cuando me dirigía a mi casa no paraba de pensar qué era lo que había pasado, por qué ese hombre se comportaba así. La profesora no había hecho nada… Aún recuerdo su expresión de dolor, nadie hizo nada por ella, ni siquiera yo…

Me sentía algo culpable, yo pude haber ayudado pero no, me quedé observando con la boca abierta y con mirada estúpida, igual que los demás a su alrededor. Llegué a mi casa a eso de las 10:30 de la mañana, mis padres aún no habían llegado, no llegarían sino hasta la tarde. Me desvestí lo más rápido que pude, me puse ropa cómoda y encendí mi televisor, justamente en un canal de noticias hablaban sobre los científicos de algún punto no concreto de Europa del Este, los cuales trataban de crear un nuevo tipo de gen para crear supersoldados, maestros de guerra o cosas así, aparentemente el gen parecía ser un éxito, creando soldados del futuro, máquinas de matar. Claro lo que necesitamos es una tercera guerra mundial, me dije a mi mismo, y apagué el televisor.

Encendí mi computadora, y busqué algunos vídeos de armas, como dije, no era alguien muy común, me gustaban bastante las armas y cosas relacionadas sobre el combate militar, sin embargo no apoyaba las guerras, después de ver ‘’un par’’ de vídeos me sentí bastante cansado y muy perturbado aún por lo que sucedió... La verdad, no dejaba de pensar en eso.

Eran la 1:30 de la tarde, mis padres ya habían llegado del trabajo, ya que escuché la puerta principal abrirse y luego sus voces, la verdad no tenía ganas de saludarlos, creo que ni ellos tenían ganas de saludarme a mí. Para mi suerte, era viernes así que esa noche podía quedarme despierto hasta tarde. Pasé las siguientes 8 o 7 horas en un continuo frenesí de videojuegos, muchas golosinas y música fuerte. La azúcar en mi cuerpo no me dejaba dormir y las canciones de Arch Enemy también me mantenían despierto, pero no soy indestructible y a eso de las 3 de la mañana decidí dormirme debido a los regaños de mis padres… quienes solo me dirigían la palabra para regañarme o molestarme, aunque la verdad bastante igual me daba, nunca dudé en largarme de esa casa a los 18, para no ver sus caras de nuevo…

Eran las 2 de la tarde del sábado, me desperté con un gran bostezo, estirando mi cuerpo y acomodando mi desordenado cabello. Mis padres no estaban, trabajaban incluso los días festivos, no tendría clases por 2 meses debido a lo que pasó, no era una cosa fácil de sobrellevar la verdad, yo no me quejaba mucho tenía 60 días libres…

Los aburridos días empezaban a llegar, como de costumbre no salía de mi hogar: encerrado, absorto en mi propio mundo, veía a diario las noticias ya que eso del gen de combate se me hacía interesante pero un día algo muy macabro pasó en uno de los reportajes sobre el experimento: estaba un reportero, hablando con un científico conocido como Nikolai Rascalov, probablemente de origen ruso, y le hacía preguntas sobre su creación…

—Díganos, señor Rascalov ¿Qué nos puede decir del gen ‘’Project XX’’?

—Pues, de momento no puedo desvelarte nada, pero en unos 3 meses estará listo, aún no hemos descubierto el potencial máximo del cuerpo humano y ¡te aseguro…!

De una de las puertas del laboratorio salieron varios soldados y personas con batas de científicos, corriendo algunos parecían humanos y otros no tanto... iban atacando a la gente que estaba en el laboratorio, incluso al reportero. La cámara quedó tirada al suelo, pero se podía ver de forma horizontal lo que sucedía… Esos soldados se abalanzaban sobre el científico Nikolai, haciendo exactamente lo mismo que hizo el trabajador: desgarraban su piel, mordían su cuello, ingerían sus vísceras, todo un festival de sangre, después una voz femenina dijo:

—El virus es peligroso, los sujetos han reaccionado mal. ¡El gen no es puro abort...! La pantalla se volvió negra. Sin duda era un escenario que yo solo creía posible en películas o en videojuegos: gente matando gente, no era muy normal ver a un hombre atacando a otro para comerle sus ojos y destrozar su piel…

Las noticias de las siguientes semanas eran aún más aterradoras, decían que el gen era un virus de la rabia modificado, otros que era un parásito que controlaba a los humanos haciéndolos agresivos e irracionales, incluso decían que era obra divina de Dios… Yo la verdad no sabía en qué creer…

Ya era algo que se había salido de las manos, y pensar que todo empezó con solo poner un canal en la televisión, o quizás comenzó antes, cuando el empleado de la escuela atacaba a la profesora. Para mi desagradable sorpresa en mi país había un centro de investigación del Project XX, o eso se podía leer en los periódicos locales, pero al parecer tenían el área en cuarentena, nunca dijeron si habían infectados dentro del edificio, la verdad me incomodaba mucho pensar que hubiesen infectados en el país…

Se veían más reportajes del virus, gran parte de Europa del este estaba siendo arrasada por el virus, era un completo estado de emergencia, gente matando gente… bueno la gente siempre se ha estado matando, pero no de esta manera, podías ver oficiales con grandes trajes anti disturbios disparándoles a los infectados con todo lo que tenían, mujeres y hombres siendo atacados por oleadas de esas cosas… era la escena de cualquier videojuego de zombies…