Rojas las rosas
Roja era la luna
Roja era la sangre que manaba de la cuna.
Qué luna más cómplice y sinuosa
la que alumbró a criatura tan espantosa.
En una hermosa mujer fue engendrado
por el infierno para expandir su legado.
Con su primera bocanada de aire
el mundo ya se había condenado,
Con el primer llanto y caricias de su madre
la tierra clemencia había suplicado.
Le abandonó en una improvisada cuna
y allí, lejos, perdido y olvidado
ya se sentía su furia,
el Anticristo había llegado.
Pero al mesías de Satanás
no le quedaba mucho tiempo.
Alguien que lo sabía, sin más,
decidió frenar el acontecimiento.
Cogió un cristal afilado
y a un niño indefenso se acercó,
ensangrentó todo su costado
y al hijo de Belcebú sacrificó.
Pero antes de su muerte
una cabra sombría apareció,
y sobre su cuerpo inerte
Seis Rosas rojas dejó.
Rojas las Rosas
Roja la luna
Roja la sangre que manaba de la cuna.