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[[Categoría:Leyendas urbanas]]

Revisión del 09:31 19 may 2019

Había vivido en la granja de su familia en Iowa durante toda su vida, por lo que las tareas de la mañana no eran infrecuentes a él. Levantando la cesta sobre su cabeza, él se dirigió a los grandes campos de maíz muy por detrás de la granja más cercana a su casa.


La temporada de cosecha fue sobre él y su familia por lo que habían estado muy ocupados las últimas semana. 


Mientras caminaba hacia el campo que no podía dejar de notar el espantapájaros que estaba ubicado en lo alto por encima de los tallos de maíz se mecen. 


Esa cosa vieja había estado en el mismo lugar durante todo el tiempo que podía recordar, los años de desgaste, obviamente, hicieron hendiduras en el espantapájaros. Su largo pelo negro, grueso era un desastre, su vestido andrajoso y desgarrado y su cuerpo pálido manchado. Pensó para si mismo en arreglarlo algún día. 


Se quedó en silencio mirando a su viejo amigo, recordando cómo había compartido tanto con el objeto inanimado cuando era más joven y se sentía solo. Su eterna sonrisa y los ojos en blanco fueron reconfortantes para él, una promesa silenciosa de nunca contarle a otra alma todo lo que él había dicho. Habían pasado un par de años desde que había hablado con el espantapájaros, él se había dado cuenta de un muchacho de 18 años de edad, sería mejor que no lo vieran hablando con un objeto sin vida. Aunque para él, el espantapájaros no tenía vida. Ella era su primera y mejor amiga. Vivieron juntos, jugando juntos, envejecieron juntos... ahora que lo pensaba, nunca se había dado cuenta antes de que parecía que cuanto más mayor estaba, el espantapájaros también lo hacía. 

Él sonrió y se sentó junto al polo del espantapájaros. 


"Siento que ha pasado tanto tiempo", susurró a su amiga. "He estado muy ocupado, supongo..." 


El viento soplaba tiró el pelo del espantapájaros y crujio la paja que sobresalía de su cuerpo. 


"Sí, supongo que no es excusa. Lo siento... pero... yo conocí a esta chica." dijo medio sonriendo. "Ella es increíble. Creo que, ya sabes, podría ser "la única".


Un silencio repentino llenó sus oídos cuando el viento que sopla a través del campo de maíz se detuvo abruptamente. El espantapájaros se quedó posado, completamente inmóvil. 


"¿Te gustaría conocerla? ¡Ella te querría! Yo la llevaré a cenar está noche, te sacaré después y las presentaré." dijo a el espantapájaros mientras se levantaba. Miró a su querida y vieja amiga una vez más antes de ir a terminar sus tareas diarias. 


"¡Vamos Lilly!" Él llamó a la muchacha, riendo mientras corría con ella hacia el oscuro campo de maíz. Estaba emocionado de que su novia había aceptado venir a cenar y conocer a sus padres, pero un poco nervioso para mostrarle a su amiga. ¿Qué pensaría ella? 


¿Era casi un adulto y todavía estaba hablando con un objeto inanimado? Sonrió para sí, ¿En qué estaba hablando? Lilly fue comprensiva, tan amable y dulce, claro que le encantaría conocerla. Se volvió para ver si su novia aún seguía pero no podía verla. 


"¡Lilliy!" Llamó mientras miraba alrededor buscándola. Sonrió. "¡No creas que puedes esconderte de mí en mi propio campo!" Llamo mientras arrastraba silenciosamente alrededor en busca de ella. Empujándo los tallos de maíz, encontrándose con la percha del espantapájaros, viendo primero la espalda de su amiga.


"Hola" susurró. "La traje para que te ve-." Se interrumpió de repente cuando él se acercó a la parte delantera del espantapájaros y notó que no era su amiga, quien ocupaba la percha, era Lilly. Sus brazos y piernas estaban atadas toscamente con cuerdas sucias del viejo poste de madera y su estómago se cortó abierto con sus fluidos internos e intestinos que goteando de la herida. 


Su rostro palideció y se dejó caer de rodillas en estado de shock. A medida que sus manos tocaron el suelo, sintió un pedazo de papel al lado del poste de madera. Con manos temblorosas, lo recogió y leyó el messege mal escrito: 


"Ahora no tienes que estar tan ocupado." 


Había leído en voz alta, con voz temblorosa y los ojos llenos de lágrimas. Arrancó el papel y se puso de pie una vez más para mirar el cadáver colgado de la percha delante de él antes de darse la vuelta para encontrarse con el rostro siempre sonriente de su querida y vieja amiga.

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