Wiki Creepypasta
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Cuando tenía 10 años, creía que mi vida era perfecta, vivía con mi familia en un hermoso lugar muy en contacto con la naturaleza y sin preocupaciones. Como toda niña me encantaba ver caricaturas, aunque en ese tiempo no habían tantas como hoy en día. Una de mis favoritas era Bugs Bonny,  me gustaba tanto que para mi cumpleaños mis padres me regalaron un peluche del conejo que tocaba se movía y hablaba, funcionaba a pilas. Yo no podía ser más feliz con mi conejito… Pero nunca me imaginé que esto sería el principio de una pesadilla que aún se mantiene en mi mente…

Todo comenzó una noche en la que como siempre me acosté con mi conejo de peluche y antes de dormir lo encendía para escuchar su voz y verlo moverse. Pero esa noche algo funcionó mal, la voz del conejo estaba muy extraña, mucho más ronca y sus movimientos no eran los mismos de siempre, lo único que hacia era moverse y tambalearse como un zombie. Pensé que las pilas ya estaban fallando así que se las saqué, las dejé en el velador y puse al conejo en mi repisa para ponerle pilas nuevas al día siguiente.

Me dormí de inmediato, pero de pronto desperté con algo aterrador… El conejo estaba nuevamente en mi cama, mirándome fijamente con unos ojos brillantes color rojo que se veían horribles en la oscuridad. Me quedé paralizada sin saber muy bien si estaba soñando, pero de inmediato comenzó a moverse y a hablar con esa voz ronca y macabra… “¿Serías capaz de matar por mí?” era lo único que decía una y otra vez. miré las pilas en mi velador y con horror tiré el conejo hacia la puerta de mi pieza. No podía gritar, estaba paralizada por el miedo… No dormí en toda la noche escondida debajo de mis sabanas.

Cuando salió el sol me sentí más aliviada, pero aún tenía mucho miedo. No sabía que hacer con el conejo así que le conté a mis padres lo que sucedió pero ellos no me creyeron, dijeron que seguramente había sido una pesadilla.

Así que decidí hacerme cargo del asunto, tomé el conejo con terror y salí de mi casa diciéndoles a mis padres que iría a jugar un rato. Caminé mucho y me metí en un bosque de pinos que había en el sector. Hice un agujero en el suelo, tomé el conejo y lo enterré lo más rápido que pude. Salí corriendo de ahí llorando de miedo pero luego me sentí mejor.

Esa noche me acosté un poco inquieta pero finalmente me quedé dormida… De pronto sentí en mi espalda algo muy frío y al girarme vi horrorizada al conejo lleno de barro mirándome fijamente, pero esta vez tenia los ojos desviados y brillando más que nunca… Lo más horrible fue cuando comenzó a hablar con esa voz ronca: “por qué me enterraste?, no quieres ser mi amiga?, entonces ya no seré tu amigo. Vengo  a despedirme pero nunca te dejaré en paz…. vendré a visitarte de vez en cuando…” Y comenzó a reír con una risa que aún suena en mi cabeza…

De un salto salió por mi ventana y me dejó paralizada en mi cama… Sólo recuerdo que en la mañana mi madre me fue a despertar pero me encontró con los ojos fijos en el techo y llena de barro en mi cama… Durante días no pude hablar y por semanas no dormí, aún me cuesta un poco dormir por las noches, pero con los años he tratado de recuperar mi mente…

Creo que ahora mis hijos podrían entender porqué no me gusta ver esa caricatura en la televisión. Espero que nunca le suceda algo así a otro niño jamás….

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