Wiki Creepypasta
Advertisement

Atada colgando de cabeza la encontraron en el interior de mi abandonada y destartalada casa rodante, en la cual siempre que no pude resistirme a pensar sobre ella fui a desahogar mis más puros deseos, que me tiraban sin control como perros rabiosos atados en reprimidas correas que no podía manejar. Las vistas de los oficiales se marearon al vislumbrar entre un opaco espacio decorado de sangre, velas, rosas y copas el agrietado cuerpo de mi ángel, que una vez inocente se transformó en corrompido. Porque ella fue una como ninguna.

Sí, pongan al "repulsivo gordo" en la cinta, que sea grabado actuando junto con la mujer más preciosa que este feo hombre haya visto. Al final fue solo una mecha que se encendió, un amor que dolorosamente admitible enfermizo se volvió. Y mientras todos en el set se burlaron del horrendo aspecto del repulsivo, aquella actriz fue diferente, no me evitó, ni mostró asco ante mí, fue la única que con una dulzura despampanante me trató. Y por eso ella tuvo que ser elegida, porque ella fue una como ninguna.

Pude sentir hasta hoy el remordimiento que se esparcía por mi cuerpo como un intenso hormigueo, la culpa de un ser dual que por dentro contenía un monstruo y a la vez un héroe, que cuando se posaba frente a un espejo o cualquier reflejo de su rostro entraba en pánico, a causa de que más allá se tratara de una imposible aceptación, una expresión malévola del otro lado del cristal se dibujaba, con una sonrisa de dientes y encías y ojos enloquecidos susurrando, diciendo lo mucho que le había encantado estrangular, besar, golpear, cortar, latigar y penetrar la superficie sufriente de aquella mujer a la que tanto amó y a la que debió proteger y nunca lastimar. Con la que tanto se obsesionó.

En el medio de la nada en mi secreta casa rodante de perversión quedaron impregnados los gritos de la actriz, gritos que me enloquecieron, que me excitaron, que me siguieron durante mucho... mucho tiempo después en mis sueños.

En el film "Amor ciego" nos unieron, yo no me pude separar. Y conforme ella se fue olvidando de mí, mi apetito por ella creció más y más. En el guion de la obra ella me amó, y yo a ella, salimos juntos, fuimos el uno para el otro. Me pregunté excesivamente si ella en realidad sentía algo por mí, en la vida real. Nunca sintió nada real por mí, solo fui un compañero más de trabajo, me pregunto si eso fue lo que me llevó a darle el último golpe en la cabeza que la mató, o el hecho de que de todas formas para el momento en que la tenía en mi absoluto poder era demasiado tarde para retractarme de mis turbias acciones.

Durante meses estuve mandándole cartas confesando mis sentimientos, cada vez fue inmensamente más difícil abrirme en lo que escribía. Palabras sacadas directo desde mi corazón que ella leía. En secreto mantuve la identidad del mensajero enamorado pues fue todo lo que mi coraje me permitió. Sé que encontraron en la escena putrefacta la última carta en su honor, con su propio corazón sacado puesto en el centro y un mensaje de perdón y satisfacción, y un deseo de verla posteriormente en el más allá.

Así que me entrego al castigo, en el reverso del papel todos mis datos puestos con dedicación, estoy dispuesto y capaz. Mi última petición es que vayan, que no teman, y que interpreten en un film mi obra, esta precisa obra que leen, obra llamada: <<Una como ninguna>>.

Advertisement