No te imaginas lo agradecido que estoy de estar en este avión. Esos pobres bastardos de ahí abajo… ¿Cómo?
¿Quieres dormir? Vale, amigo, lo siento.
Pero… hey, ¿no te gustaría oír una historia loca antes? Será rápida.
Está el tipo, un sujeto normal que trabaja en una compañía haciendo trabajos raros, ¿vale? No del tipo sexual, no te confundas. Sino del tipo de llevar flores a la tumba de alguien, todos los días, para siempre.
Ya sabes, para alguien famoso como Elvis o Marilyn.
Hace cosas raras como entregar una carta de un viajero del tiempo a su yo pasado. Mierdas de esas, viejo. Bueno, en cualquier caso, este tipo tiene el trabajo de llevar pan cada solsticio a uno de esos bosques oscuros que solo salen en las pelis de miedo. Nunca pasa nada, pero él nunca se olvida de hacerlo.
¡Es un jodido profesional en lo suyo!
Excepto por una puta vez, casi se le olvida el solsticio por culpa de un cumpleaños. Pero, hey, es un hombre listo. Verás… se metió en ese bosque y dejó el pastel de cumpleaños que llevaba en el maletero.
Brillante, ¿no crees? Porque el pastel es un tipo de pan después de todo, ¿no?
Claro que lo es. Mismos ingredientes. Misma cosa.
Hey, amigo, ¿acaso no quieres saber el final de la historia?
Bueno, la cosa es que a la mañana siguiente le dicen al tipo que se presente en la oficina central. Los jefazos le cuentan no sé qué mierdas de que el pan es un símbolo de encarcelamiento. La tarta, por lo que parece, es lo contrario. Así que le acusan de desatar una maldición horrible, un monstruo que destruirá todo lo que haya a su paso. Para mantenerlo encerrado, el tipo tiene que volver al jodido bosque, por decisión propia, con pan en sus bolsillos.
Y nunca más volverá a salir de allí.
El tipo se pone en plan “¿Por qué mierda tengo que sacrificarme yo?”
Y ellos dicen:
“Es tu vida o la vida de miles.”
Una elección jodida, ¿verdad? Imposible.
Bien… ¿qué es lo que harías tú de estar en su piel?
No me jodas… ¿de verdad? ¿Acaso eres el jodido Jesucristo en persona?
¡Yo qué sé! No tengo ni puta idea. Es solo una jodida historia. ¡Dios!
Vale, vale. Ya me calmo. Disculpa.
Esto… no querrás algo de pan, ¿verdad? Está caliente de llevarlo todo el día en mi bolsillo.