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Capitulo I: Huérfano

Era una lluviosa noche en el poblado de Houston/Texas (EEUU), las gotas de agua chocaban con una semejante fuerza contra el pavimento y tejados,  tanto de casas como de edificios, mientras que algunas personas tomaban sus sombrillas y se cubrían de ese grisáceo y opaco día. Las ventanas de las casas se empañaban y algunos animales del exterior se refugiaban. Un chico de 16 años, con ropa desgastada y remendada,  con cabello negro, se paseaba por las calles pidiendo algo de ayuda. Las personas estaban muy distraídas para notar la presencia de aquel muchacho el cual estaba desesperado por comprar algo y comer. Al no recibir nada, no gastó más de su voz y se dirigió a su casa. Este chico era Wade Ryan Nolan. 

¿Casa? ¿Qué casa?

Wade no tenía una casa, más bien vivía en un callejón que era la parte trasera de un restaurante. Con unas sabanas, una caja y una vieja colchoneta fueron suficientes para crear una casa, una que no era lo que pensaba, pero que al menos tenía un techo donde dormir. Sus padres no estaban presentes, el los perdió hace mucho, a la edad de 10 años, en un trágico suceso aéreo, ocurrido en el año 1993. No tenía otros familiares, ya que estos provenían de algún exterior lejano. Amigos tampoco contaba, estaba totalmente solo. Él mismo era su única familia.

Al día siguiente, el joven no pudo soportarlo más, tenía que comer urgentemente. Salió decidido de su escondite y comenzó a buscar en los mercados bajos de frutas. Poco tiempo después este encuentra una frutería. El joven se desplazo con mucha cautela y tomo de aquel mostrador, dos manzanas, algunas cuantas uvas y guineos. Sin decir  nada más se alejo. El dueño de la tienda al percatase de lo que perdió salió de la frutería con una escoba, se asomo por la entrada de su negocio y ahí vio un chico escapando con la mayoría de sus frutas. Enojado, le reclama: “¡EH!, si te vuelvo a ver pisando mi negocio, esta escoba te la enterrare en tu cabeza…maldito mocoso”. Wade escucho las quejas de aquel obeso señor pero no le tomo mucha importancia y siguió de largo.

Era de noche, todo estaba totalmente oscuro. Wade acababa de llegar a su “casa” portando en mano las frutas. Se acostó en su colchoneta y tomo unos cuantos guineos, les saco la concha y se los fue comiendo con extremada calma, mientras veía la entrada principal del callejón iluminado por el débil farolito que se encontraba en ese lugar. Se comió 3, se comió 4 y finalmente término comiéndose 5 guineos, eso fue más que suficiente para satisfacer su hambre. Tomó sus sabanas y se arropo en esa fría noche. 

Pasaron alrededor de 4 horas. Todo estaba en total calma, no se escuchaba ningún auto cerca. No había peatones, ni animales. Era una noche totalmente relajante para el chico. Pero, algo malo ocurrió, el débil farolito que iluminaba el callejón se apago. El chico no se dio cuenta de esto, pues estaba profundamente dormido. Sin embargo, su sueño fue interrumpido al escuchar unas extrañas pisadas desde aquel pasillo totalmente oscuro. Se levanto,  miro a su alrededor, y para su sorpresa, no vio nada. Pensaba que podía ser el personal del restaurante o sino algunas ratas. Con un pensamiento lógico, volvió a acurrucarse en esas sabanas mojadas de agua de charco…

Nuevamente, el sonido se escucho, las pisadas eran más fuertes y molestas.

-“¿Quién m*erda sera?” – gruño él. 

Se levanto decidido a ver quién era el bromista. Wade no sabía claramente que era un ladrón y mucho menos una desaparición. Fue a la entrada y no vio a nadie. A continuación regreso a dormir ya que pensó que se trataba de su estúpida imaginación. Al llegar, sintió un pequeño piquete de abeja en su brazo derecho. Wade pensó que era ese maldito insecto, molesto, intento quitárselo de su brazo, pero lo que sintió no era un insecto era como un contenedor punzante. Se logro quitar aquel “objeto” y lo arrojo lejos, pero su cuerpo actuó de manera muy extraña; no se sentía bien; se iba debilitando conforme llegaba a su “cama”. Finalmente aquella picada fue lo suficientemente potente para que este perdiera el conocimiento, chocando boca abajo contra el piso, produciendo un fuerte estruendo en el proceso…

Desde una posición no muy lejana, una silueta de facciones cubiertas por la oscuridad aparece.

Horas más tarde…

Conmocionado ante tal golpe, el chico se encontraba en una especie de sueño profundo. Varios pensamientos y visiones envolvían su mente,  haciendo que este los viera frente a sus ojos. El último recuerdo que vio fue el de sus padres muriendo en ese accidente y sus tétricos cadáveres descompuestos, quemándose en el acto. Sus ojos se abrieron de golpe, se levanto jadeando del susto. Su corazón latía muy rápido, casi sentía que se moriría de un infarto. Wade miro a su alrededor y se dio cuenta que no estaba en un callejón, se encontraba en un dormitorio muy colorido. Habían niños durmiendo en camas con sabanas blancas y suaves almohadas. Wade observo los pies de su cama y vio ropa, no tan decente pero por lo menos era mejor que sus viejos harapos.

Se cambio la ropa y lo único que dijo antes de volver a la cama fue:

-“¿P- Pero….dónde estoy?”.

     De repente escucho un fuerte chirrido que provenía de la puerta principal de aquel dormitorio. La responsable de producir ese molesto sonido fue una chica mayor que él, de unos 21 años piel clara, cabello negro y ojos marrones. La chica al ver al joven despierto se acerco a él y con una encantadora sonrisa le dijo: “Hola Joven. Me alegro que haya despertado, mi nombre es Laura y estoy aquí para ayudarle…dígame… ¿Qué se le ofrece?”.

Wade miro a la chica algo confundido. Él nunca había entablado una conversación con alguna persona, era normal ya que al pasar cuatro años fue difícil para él hacer amigos. Lo único que hizo fue volver a acostarse en la cama, arropándose hasta la cabeza con las sabanas. No respondió por que al estar en un lugar diferente, no confiaba en casi nadie.

La chica nuevamente se acerco a la cama, se sentó en una esquina y le dijo: “¡Se que todo es nuevo para usted!, pero le aseguro que se acostumbrara” (luego una idea le recorrió la mente de la joven). “¡Ya vuelvo, espéreme aquí!” – dijo nuevamente. Laura salió por la puerta, dejándola abierta.

Wade inmediatamente comenzó a sudar. Se quito las sabanas para refrescarse por un momento. Luego vio la puerta abierta y vio aquel pasillo que tenía nada más una mesita de noche y arriba de dicha mesita había un florero de color verde con rosas rojas en su interior. Vio a su alrededor cómo los jóvenes de aquellas camas se levantaban para irse, eran de 10, 11 o hasta 14 años máximo. Finalmente el dormitorio quedo vacio.

Varios minutos después, llego Laura portando en su mano, un plato blanco que tenía dos Sándwiches, cuyo relleno era mermelada y crema de maní. Sus tripas gruñeron, tanto que hasta pensaba que se escucharían. Laura le acerco el plato y Wade sin pensarlo dos veces, devoro los Sándwiches. Al finalizar dejo nada más que pequeñas migajas.

-“¿Estas llenó?” – dijo Laura

- “Si, me siento llenó….Muchas gracias” – respondió Wade con más seguridad y devolviéndole el plato.

- “Bueno chico…necesito que me des tu nombre” – dijo Laura sacando una mini libreta junto con un lápiz de su bolcillo.

- “Soy Wade Ryan Nolan” – respondió.

- “Ok Wade, te hare una serie de preguntas, y esas preguntas me las vas a responder…Por Favor, agradecería tu colaboración”.

A medida que pasaba el tiempo Laura le preguntaba cosas como: “¿Cumpleaños?”, “¿Comida favorita?” Etc. Al finalizar todas esas preguntas Wade le dijo: “¿Ahora puedo hacerte una serie de preguntas a ti también?”.

-“¡Por supuesto!” – confirmo ella.

- “¿Qué es este lugar?” – pregunto él.

-“¡Me alegra que lo preguntes! Te doy la bienvenida al orfanato “Little Memories” (pequeñas memorias), aquí se salvan niños y adolescentes de la calle. No es tan grande pero contamos con un servicio de comedor, una biblioteca, un parque, una enfermería y algunos profesores cuyos títulos son los mejores del país. No es necesario que ustedes salgan, porque todo lo que se necesita esta aquí. Hasta el momento solo hemos salvado 21 de ustedes.” – Anuncio.

- “¿Y- y como llegue hasta aquí?” – dijo nuevamente.

En ese momento, un largo silencio se comenzó apoderar en la habitación.

-“E-eso no es algo importante…lo único que importa, es que estas aquí con nosotros, sano y salvo” – tartamudeo Laura.

Esta respuesta le pareció algo sospechosa.

-“¿Bueno, eso era todo lo que necesitabas saber?” – pregunto Laura.

- “Si eso era todo…gracias por responder”.

- “Ok, me tengo que ir Wade. Te recomiendo que visites el parque ya que podrás conocer el resto de niños” - dijo Laura dándole al chico, un beso en la frente y saliendo del dormitorio.

-“¿Qué rara me pareció…su respuesta?” – Pensó él. Sin embargo no le tomo mucha importancia y salió de la habitación para darle una vuelta al orfanato y conocerlo mejor. Finalmente Wade vio a lo lejos el parque, se acerco no tan extrañado, fue a los columpios y se sentó en uno de color rojo. En su mente, él estaba intentado recordar lo que le pasó ayer en la noche…

- “Me pareces que estas concentrado ¿verdad?” – dijo una voz al frente de él.

Wade levanto la mirada muy rápidamente y vio un chico no mayor que él, probablemente de 12 años máximo, sentándose también en un columpio.

-“¡Oh, soy Norman Walker!” – dijo extendiendo su mano hacia Wade.

- “Hola… ¿Qué tal?” – respondió Wade no tan alegre e ignorando la mano.

El chico se quedo en silencio antes de responder.

-“¡¿Te pasa algo?!” - dijo nuevamente.

-“No, no es nada…estoy bien… (Luego se sintió tenso y hablo con un algo de ira)… ¡Sabes ese no es tu problema!”.

- “Si. Sé que ese no es mi problema pero vamos tío…solo quiero ayudarte” – dijo el Norman levantándose del columpio.

Wade levanto la mirada y vio al chico fijamente enarcándole una ceja. Luego sonrió y dijo:

-“Esta bien “tío”, aprecio tu ayuda. Puedes ayudarme”.

Norman se volvió a sentar en ese columpio y ahí, justo ahí Wade y Norman comenzaron a hablar. Tanto, que incluso se hicieron amigos. Esa fue la primera vez que Wade tenía un amigo en tanto tiempo. Desde ese momento cada vez que los chicos terminaban de ver clases o cuando ya llegaba el fin de semana, ellos se dirigían al parque y se sentaban en los columpios. Ambos comenzaban a hablar sobre diversos temas, la mayoría de las veces  iban a la biblioteca y jugaban cartas, leían libros, dibujaban o hacían sus tareas. Además pasaban varios minutos hablando y ninguno de los dos, mostraba signos de agotamiento.

Un sábado y sin mucha emoción, los dos jóvenes como siempre se sentaron en los columpios del parque y comenzaron a hablar sobre varias cosas en general, hasta que Norman tomando unas pequeñas piedras y lanzándolas sin fuerza alguna, dijo:

-“Oye Wade…. ¿Somos amigos verdad?”.

-“¡Claro que lo somos!, ¿porque dices eso?” – dijo Wade con una mirada un tanto confusa.

-“No, no es por nada…olvídalo”- respondió Norman mientras se reía sarcásticamente.

En ese momento, Norman al terminar de reírse se levanto del columpio, se puso en frente de Wade y extendió su mano hacia él, luego le dijo: “Si tanto somos amigos. Cerremos el pacto con un apretón de manos”.

Wade confiado le dio la mano, pasaron veinte largos segundos hasta que finalmente los jóvenes soltaron sus manos y sin decir palabras continuaron hablando. Sin embargo Norman reflejaba en su rostro una mirada un tanto preocupada, fue como si quería contarle algo a Wade pero no tenía el suficiente valor para hacerlo.

Quince minutos después Wade decidió levantarse del columpio para irse a almorzar diciéndole a Norman que ya regresaría; pero sin pensarlo dos veces Norman lo sujeto por el brazo izquierdo y con una preocupada expresión le dijo:

-“W-Wade… N-necesito tu ayuda”.

Wade se volteo y levantando una ceja le respondió:

- “¿Qué es lo que necesitas….amigo?”.

- “V-veras…no sé si estoy yendo muy rápido a este tema, pero….necesito que me ayudes a…robarle el celular a Laura” – dijo Norman mientras sus manos temblaban de miedo.

Al principio Wade no creyó  en el comentario de su amigo, ya que pensaba que era una broma pesada, pero al analizar dicho comentario, rápidamente todo cobro sentido en su mente. “¡Así que...para eso me necesitabas!, ¡Por esa razón querías un amigo en primer lugar!, solo porque necesitabas ayuda para robar un maldito teléfono celular ¿verdad?”  – dijo muy enfadado.

- “No…no es por eso, es solo…que…, bueno si lo necesito, lo necesito para llamar a…… (Fue silenciado de golpe ya que Wade se alejo de él, alzando su mano derecha hacia arriba, como señal de lo que le decía no le importaba).

Norman fue corriendo hasta donde estaba él tomándole del hombro. Un poco angustiado intento continuar con el tema.

-“O-oye…Se que no me vas a creer, pero hare todo lo posible para que puedas saber sobre la situación que todos corremos” – dijo Norman con una mirada seria mientras sujetaba con fuerza el hombro de su amigo.

Enseguida Wade se molesto y lo empujo, haciendo que este cayera de espaldas contra el suelo, raspándose los hombros y parte de sus brazos, los cuales comenzaron a brotar de su interior pequeñas gotas de sangre.

- “¡Espero que eso te haya ayudado a reaccionar! – dijo Wade mientras miraba a Norman levantarse lentamente del suelo.

Norman al terminar de levantarse le dijo lo siguiente: “Esta bien, se que por ahora no me creerás, pero te voy a asignar una pequeña tarea que espero, ¡Cumplas!”, enseguida señalo con su dedo índice el tobogán del parque, en el mismo se encontraba una niña no menos de 9 años de edad, con una hermoso pelo castaño, piel pálida y unos hermosos ojos color azul claro, la cual aun con todas esas perfectas cualidades, aun no había sido adoptada. La tarea asignada de Norman era que Wade tenía que vigilar a esa chica aunque sea quince minutos por noche, a partir de las 12 a.m.

Wade al escuchar eso regreso su mirada a donde su “amigo”, y tomándose el tema con broma, simplemente le dijo: “¡Deberías ir a un Psicólogo…, lo necesitas urgentemente!”. Luego sin pronunciar otra palabra se alejo del parque. Norman se quedo quieto en su respectivo lugar mientras observaba a Wade alejarse sin ninguna prisa del parque. Pero él sin perder nada más de tiempo también se alejo del mismo, obviamente tomando un camino diferente.

Pasaron dos días luego de la pequeña discusión, Wade estaba sentado en una silla recapacitando sobre las cosas que le hizo a Norman. Luego un pensamiento revoloteo por su mente, “vigila”, al pensarlo varias veces se levanto de la silla y fue al parque, y justo ahí se encontraba la niña, la cual estaba jugando con otros menores. Wade se sentó en un columpio y la comenzó a observar (no pensaba hacerlo de noche, le parecía estúpido), ya que aunque esto parecía una especie broma mal hecha, algo le decía que había una supuesta verdad en lo que le decía su único “mejor” amigo.

Mientras tanto, Norman el cual se encontraba caminando, fijo su mirada hacia el parque, al verlo se percato que Wade estaba sentado, haciendo lo que le había encargado, y sin pronunciar palabra simplemente sonrió.

Capitulo II: Un Secreto

Pasaron 4 días desde aquel incidente.

Wade no pensaba en eso ya que todavía estaba vigilando a la niña. Él se decía en su mente que solo la vigilaría por cinco días, y si nada pasaba en el transcurso de todo ese tiempo, daría por loco a Norman. Al cabo de pocos minutos Norman vio  a Wade en el parque sentado en su respectivo columpio, y tomando un poco de coraje decidió acercársele. “¿Qué pasa? ¿Acaso me estás haciendo caso?” – pregunto Norman mientras se sentaba en el otro columpio para conversar.

En ese momento Wade lo mira sorprendido, por la valentía que tomo al venir hasta donde estaba él, pero al final termina confesando: “Esta bien, me atrapaste…te hare caso, pero espero que esto no sea un estúpido juego tuyo” – dijo mirándolo frente a frente.

-“No, esto no es un juego, me gustaría contártelo, pero creo que es mejor que lo veas con tus propios ojos, ya que lo que vi no puede ser expresado con palabras”- dijo Norman mientras se levantaba del columpio para irse, metiéndose las manos en los bolcillos de su pantalón.

Wade al ver a su amigo alejarse decidió gritarle para llamar su atención.

-“¡OYE, NORMAN!”.

Al poco tiempo Norman se voltea y desde esa corta distancia, Wade le dice: “Perdóname por lo de la otra vez”.

- “Tranquilo, no hay ningún problema, es más no eres el primero” – respondió Norman mientras se volteaba nuevamente para continuar con su camino.

Una horas más tarde…

Esa misma noche, Wade estaba durmiendo, soñando nuevamente con sus padres. Su cuerpo y su mente estaban en total calma. Cuando de repente, sintió una mano fría cubriéndole toda la boca, esta mano lo lanzo al lado izquierdo de la cama con tanta fuerza que incluso provoco un fuerte estruendo al tocar el sólido y resistente piso de la habitación, Wade asustado reacciono y para su sorpresa la silueta que lo ataco era Norman.

Wade el cual se estaba quejando del fuerte golpe en su espalda le dice muy molesto a su amigo:

-“Qué es lo que te suce… (Es silenciado por Norman)”.

-“Shhh, ahora necesito que guardes silencio” – dijo Norman en voz muy baja.

-“¡¿Qué?!” – dijo Wade gruñendo.

El reloj del dormitorio marcaba las 11:55 p.m. Norman estaba atento ante la hora.

-“¡Bien!...es ahora o nunca. ¡Wade escóndete debajo de la cama!” – dijo en voz un poco alta.

Wade estaba muy enfadado.

-“Primero me despiertas, segundo me lanzas fuera de la cama y tercero me dices que me oculte… ¿Estás loco?” – gruño Wade en voz alta.

-“Shhh cállate, o te escucharan” - dijo Norman rogándole a Wade para que cerrara la boca.

- “¡¿Quiénes?! ¡¿Tus amigos imaginarios?! – dijo levantándose del suelo.

     Un fuerte chirrido se escucho en el dormitorio. Wade se detiene y se vuelve a agachar. Eleva su mirada y ve dos siluetas tapadas por la oscuridad. Wade enseguida le hace caso a Norman, y junto con él se ocultan debajo de la cama.

Pudieron presenciar los pies de los intrusos. Estos dos sujetos se posaron en la cama de la niña que Wade, anteriormente estaba vigilando.  Los jóvenes escucharon varios susurros extraños, al parecer los sujetos llevaban puesto unas mascaras ya que sus voces sonaban muy distorsionadas. La niña no parecía escuchar los susurros, estaba como en una especie de transe o sueño profundo.

Siete minutos después, las siluetas salen de la habitación, llevando es sus brazos a la niña inconsciente. Lo único que se escuchaban era sus botas chocando contra el suelo de terracota. Quietos como unas estatuas de mármol, los jóvenes no pronunciaban palabra.

Solo se necesitaron  veinte segundos para que Norman reaccionara de esa pequeña parálisis temporal. Giro para decirle a su muy asustado e inquieto amigo, que esto aun no era todo, que aun faltaba ver más. La idea de Norman era seguir las figuras.

Wade se negó, ya que no quería arriesgarse a ser descubierto. Norman el cual lo miraba con enojo le dijo: “¿Acaso prefieres morir sin saber la verdad?”. Esta pregunta le dio vueltas en su cabeza. Al estar un poco desanimado y asustado, acepto…tomando en cuenta las graves consecuencias. Los jóvenes salieron decididos de la habitación, vieron aguardando distancia a las dos figuras las cuales se escondieron en una habitación abandonada del orfanato. Los jóvenes se dirigieron a la misma. Norman asomo su mirada en la entrada para ver si había alguien andaba merodeando, pero para su suerte todo estaba en total calma. La habitación era un cuarto abandonado, con sabanas sucias, almohadas, cortinas y varios grafitis pintados en las paredes.

Norman no le tomo importancia a las condiciones de la habitación. Más bien fue a donde se encontraba una vieja cama de madera, él,  la sujeto por una dicha parte  y la movió fuera de su posición. Norman, conforme movía la cama se iba dejando expuesta una entrada, con escalones de madera que conducían hasta abajo.

-“Esta es la entrada que nos llevara a un interior oculto ¿estás listo?...puedes retirarte si no quieres venir” – le dijo Norman a Wade.

-“¡No me iré....pienso quedarme!” – afirmo Wade.

-“Bien” – dijo Norman, mientras agarraba una barra de metal perdida por el suelo.

Sin decir otra palabra, los jóvenes se adentraron. Bajaron cada escalón, los cuales parecían eternos. La atmosfera del lugar se iba tornando cada vez más pesada cada vez que pisaban otro escalón. La atmosfera se volvió cada vez más tensa, ya que los jóvenes escucharon un desgarrador grito. Ellos sintieron unos fuertes escalofríos al oír tan sobrecogedor ruido, se quedaron quietos en un solo escalón. Ya cuando la tensión se fue desvaneciendo, Wade y Norman continuaron bajando el resto de escalones faltantes; hasta que finalmente se toparon con el final de los mismos, lo único que había al frente de ellos era una luz que dejaba escapar una puerta medio cerrada, la cual provenía del interior de una habitación. Norman y Wade se acercaron a la puerta, la entreabrieron nada más un poco y desde esa grieta pudieron ver una escena bastante grotesca.

La dulce y adorable niña que una vez tenía unos hermosos ojos azules, cabellos castaños y piel pálida, se encontraba agonizante, amarrada en una fría cama de metal (como la de los hospitales) sin colchón alguno. Era una cama posiblemente para estar incómodamente despierto. El estomago de aquel rostro angelical estaba profundamente abierto, se podía ver todo su interior. El cual carecía de órganos, y tejidos musculares. No tardaron en aparecer pequeñas lagunas de sangre, las cuales se deslizaron por la piel de la pequeña, hasta que finalmente estas cayeron al piso formando un enorme charco rojo. La niña vio a su lado izquierdo uno de los dos sujetos, el cual portaba un bisturí en su mano, este lo utilizo para abrirle el pecho. Primero le quito la ropa dejándola completamente desnuda, luego desde la garganta hasta la profunda abertura de su estomago, hizo un tajo lento pero doloroso, hasta que finalmente llego a la herida inicial (estomago). Las costillas estaban totalmente expuestas. El sujeto usando una mini cierra corto lentamente la caja torácica de la pequeña, formando una especie de cuadrado de huesos y músculos. Lo separo del cuerpo y ahí mismo estaban sus dos pulmones. El sujeto corto aquellos órganos y los guardo en un contenedor con bordes metálicos en la parte inferior y superior, unas correas de cuero y una textura de vidrio resistente. Nuevamente regreso hasta donde estaba el cuerpo de la niña. Utilizo el bisturí por segunda vez,  para cortarle las venas que unían el corazón a su cuerpo, el órgano palpitante detuvo su función cuando fue separado del mismo,  siendo también guardado en el contenedor.

La niña murió en aquel interior oscuro, dejando su cuerpo totalmente tieso e inmóvil.

-“¡Brad! (grito el sujeto que termino de matarla, quitándose la máscara) quiero escuchar en voz alta algunas partes de el expediente de esta niña”.

El compañero escucho y saco unos papeles de un pequeño morral.

-“Si por supuesto, aquí van John” – respondió Brad, también quitándose la máscara.

- “Nombre: Sara Miller. Edad: 10 años. Estatura: 1,30.  Peso: 46 Kg.

-“Pobre niña, por lo menos haremos algo bueno con sus partes internas” – dijo John soltando una pequeña carcajada de placer. Pero su risa fue detenida, ya que en uno de sus bolcillos, su teléfono comenzó a sonar. John atiende y una voz aguda le habla medio gritando. Al finalizar su compañero le dice:

-“¿¡Quien era John!?”.

- “¡Como, que quien era p*ndejo!…obviamente nuestro jefe. Dijo que tenemos que cargar ese contenedor hacia el estacionamiento ahí lo recogerán para ser enviado” – dijo John algo estresado.

- “Pues, ¿enciendo la máquina para derretir el cuerpo?” – dijo Brad.

- “¡Si enciéndela, ya hemos terminado por hoy!…”.

En ese momento, Brad enciende dicha maquina. Sujetan el cadáver de la niña por los brazos y pies y la arrojan al interior de la misma. Lo único que se escucho fue un gorgoteo y un fuerte olor a quemado.

Los jóvenes, los cuales vieron ese macabro escenario contuvieron sus ganas de vomitar. Wade no podía seguir viendo más eso, por lo que le pidió a Norman que se fueran de ahí lo más pronto posible ya que esa imagen de aquella niña le quedaría revoloteando en su cabeza, además que se sentía sumamente aterrorizado y asqueado. Sin perder nada más tiempo, los dos jóvenes salieron de aquel interior secreto. Entraron al dormitorio y cerraron la puerta. En ese momento, Norman saco rápidamente dos objetos extraños debajo del colchón de su cama, se le acerco a Wade y le dijo: “¡Toma esto!”, ofreciéndole una especie de jeringa, las cuales tomó un día que estaba en la enfermería.

Wade le pregunto: “¿Y ESTO…? ¿Q-QUE HAGO CON ESTO?” – dijo preocupado.

- “¡Tienes que inyectarte el suero, eso te hará dormir rápidamente!” - en ese instante, Norman cerro sus ojos, tomo un profundo respiro y con un movimiento rápido, se inserto la aguja en uno de sus brazos, sintió ardor y dolor, pero a la vez se tranquilizo. Él sentía como el pesado líquido comenzaba a correr lentamente por sus venas. Al terminar, rápidamente escondió el contenedor vacio en el mismo lugar de donde lo saco, al cabo de pocos segundos su visión se torno borrosa y en un instante termino durmiéndose.

Wade se quedo mirando la jeringa por un par de segundos. Separo su visión del objeto y se acostó en su cama, arropándose con las muy cálidas cobijas. Nuevamente observo el pequeño artefacto y sin pensarlo, repitió el mismo proceso que hizo su amigo. Ya terminado la dolorosa tarea, guardo el punzante objeto debajo de su almohada. Luego se reacomodo fijando su atención en la pared que estaba frente suyo. Observo como su visión jugaba con él, ya que la pared se estaba “distorsionando”. Pero al cabo de pocos segundos, el suero pudo con su débil mente ya que sin darse cuenta sus ojos se cerraron…

Capitulo III: Pasados y Revelaciones

Wade despertó sobresaltado de su cama, su cabeza daba túmulos y sus extremidades aun se sentían dormidas. Pensó acerca de aquella situación, analizo cada detalle, hasta que finalmente supo que todo eso fue real, no era ningún sueño. Incluso comprobó si tenía la jeringa y para su sorpresa, si la tenía. Decidido, bajo de su cama y camino hasta la de su amigo. Pero se detiene en medio camino ya que Norman no estaba ahí. Wade no perdió tiempo, y salió a buscarlo. Recorrió cada esquina y no dio con Norman. Preocupado logro ver a Laura, esta estaba leyendo un libro en el parque, usaba unas gafas negras y estaba sentada en una banca. Wade se acerca confiado ya que esperaba una cálida respuesta de la joven de 21 años.

-“¡Hola Laura!” – dijo él.

Laura quita la vista del libro, alza la mirada y ve a Wade.

-“¡Hola, buenos días Wade!, ¿Y eso que despierta a esta hora tardía?” – dijo ella.

-“¿Qué?.... ¿Qué hora es exactamente?” – dijo confundido.

-“Sooon…. (Dijo mirándose el reloj en el brazo), las 11:37 minutos de la mañana”.

    Abrió los ojos muy sorprendido.

-“Me podrías decir ¿Por qué despertaste a esta hora?” – pregunto nuevamente.

- “Bueno es que (paso por su mente los recuerdos de aquella noche)… tenía mucho sueño, suelo ser dormilón la mayoría de las veces” – dijo como excusa.

Cambiado de tema, Wade le pregunto a Laura si de por casualidad, había visto a Norman Walker…

Laura asciende la cabeza.

-“Si, lo eh visto…bueno, ese pequeño mocoso está castigado” – dijo ella quintándose una pequeña mueca de alegría.

-“¡QUÉ! y ¿qué cosa hizo?

Laura contesta: “Bueno joven curioso, todo ocurrió exactamente a las 7 a.m., yo estaba terminando un pequeño trabajo. Entre a mi oficina y encuentro a Norman cerrando unos de los cajones de mi escritorio. Le grite para llamar su atención. Cuando la tuve le pregunte qué era lo que estaba haciendo. Pero el simplemente estaba cayado,  mirando fijamente el suelo. Le volví a preguntar, pero fue vano. Me enoje y lo tome por las manos, vi que en una de estas mismas estaba mi teléfono celular. Inmediatamente lo lleve a una habitación, que yo suelo llamarle “cuarto de castigo”.

      Wade pensó por un momento.

- “Disculpa Laura, ¿Me podrías decir dónde queda ese dichoso cuarto?”. Laura pensó antes de responder. Su mente le decía que Wade podía ir a visitar a su amigo, pero no dejarlo escapar. Tardo un par de segundos, luego dio su declaración: “Esta bien, podrás ir a verlo, pero no quiero verlo por aquí libre. Si escapa tu tomaras su lugar… ¿Entendido?”. Wade asintió. Laura inmediatamente le dio las indicaciones de aquella habitación. Sin perder tiempo, Wade corrió hasta la misma.

Wade llegó a la misma, esta era una puerta de madera podrida, al abrir la puerta lo único que percibió en aquel lugar fue un fuerte olor a putrefacción. La habitación estaba oscura, no había ni una grieta de luz. Wade dejo la puerta entre abierta para que la luz iluminara aunque sea algo de ese sucio y polvoriento interior. Su vista al acostumbrase a la oscuridad, logro ver en el rincón más oscuro a su amigo, sentado y mirando una de las esquinas de la habitación, portaba una cadena en una de sus piernas, la cual impedía su escape.

- “¡¿Norman!?” dijo en voz baja.

- “¡Wade!” dijo Norman mientras volteaba su cabeza para ver la reconfortante visita de su amigo.

Uno segundos después Wade se arrodillo y lo tomo por los hombros. Luego le pregunto:

-“¿Qué estabas pensando?”, “¿Para qué necesitabas ese celular?”.

Norman bajo la cabeza por un momento y luego respondió: “Lo único que quería era llamar a la policía, necesitaba decirles lo que estaba pasando en este lugar, no podía quedarme callado…, debía actuar de una vez…,ya que si no actuaba…..muchos de nosotros iban a morir….pero al parecer…, ¡FRACASE!”.

- “¿Pero porque tenía que ser Laura…, no podía ser otra persona?” – pregunto nuevamente.

- “Laura es la responsable de todo esto…, ella es la jefa de una compañía secreta encargada de secuestrar niños y extirparles sus órganos, para luego ser vendidos a algún mercado negro……, necesitaba su celular ya que era la única persona que no lo llevaba en sus manos” dijo Norman mientras intentaba romper la cadena con sus propias manos, pero de nada serbia era muy gruesa.

En ese momento todo cobro sentido para Wade, ella fue la responsable de desmayarlo. Y todo fue porque quería tener más órganos para vender. Inmediatamente Wade miro al suelo, diciéndole a su amigo que lo perdonara. Norman acepto su perdón, diciéndole que no era el único que le llamaba “Loco”. Como muestra de agradecimiento, Wade se acerco a la cadena. Luego, utilizando una piedra comenzó a golpear fuertemente aquel objeto, pero lo único que consiguió fueron minúsculas cortadas, ya que la piedra tenía bordes dentados.

-“¡ESPERA!” – dijo Norman, agarrando un trozo de cristal perdido en  el suelo. Luego, abrió su mano derecha, y en todo el medio de la misma, se hizo una enorme cortada. Norman tomó la mano izquierda de su amigo, manchándola en el proceso con su sangre.  “¡Hagamos un pacto de sangre!” – le dijo. Wade lanzo una carcajada nerviosa y acepto igualmente. Agarró el cristal y también se corto en su mano izquierda. Se tomaron de las manos, y pasaron un buen rato, hasta que finalmente la sangre se coagulo.

-“¿Cuál fue el principal objetivo de este pacto?” – dijo Wade, mientras recogía su muy agotada mano luego de haber finalizado el pacto.

-“¡Este pacto simbolizara nuestra amistad!” – respondió Norman satisfecho por lo que hizo.

Wade aprovecha este momento para decirle:

-“Disculpa si hago esta pregunta. Pero, ¿Cómo llegaste hasta aquí? Y ¿Cómo saber que Laura hace esto?”.

Norman le comenzó a explicar su historia:

     “El era un chico tranquilo, simpático, sociable, tenía un hermano mayor llamado Thomas. Thomas era la única persona que lo ayudaba en todo, ya que los padres eran malos con los dos chicos, los maltrataban e incluso llegaban a extremos que los chicos nunca se imaginarían. Hasta que un día el hermano mayor de Norman decidió que ya fue suficiente. Salió de su casa y le notifico esto a los cuerpos policiacos, estos no tardaron en hacer justicia. Los padres fueron declarados culpables por maltrato infantil y hasta ahora están pagando su condena. Mientras que los jóvenes fueron enviados al orfanato “Little Memories”, donde fueron recibidos por la “cálida” sonrisa de Laura. Sin embargo al transcurrir los días, cosas raras pasaban en el orfanato, niños desaparecían sin dejar rastro alguno, hasta que una noche…todo cambio para Norman.

     Norman se levanto ya que sentía que alguien lo estaba observando, al abrir los ojos enseguida los volvió a cerrar del susto, ya que pudo presenciar a su lado derecho, dos figuras tapadas por la oscuridad, estas se encontraban observando a su hermano mayor. Luego los dos sujetos sacaron una jeringa que tenía en su interior un líquido transparente. Este lo utilizaron para sedar a Thomas. Al rato se lo llevaron cargando. Norman los siguió hasta llegar a la habitación donde se encontraba la entrada secreta. Entro a la misma y lentamente bajo los escalones de madera. Al llegar al final de aquel recorrido, vio una luz proveniente del interior de una habitación, cuya puerta estaba medio cerrada. Utilizando la pequeña abertura, pudo ver a su hermano en esa misma mesa con su estomago abierto y sin órganos. El chico obviamente se traumo ante tal hecho.

     Al pasar de los meses Norman Walker intento desesperadamente conseguir ayuda, pero todas las personas lo ignoraban e incluso lo golpeaban, ya que pensaban que el joven de 12 años estaba loco, hasta que varios meses después, llego Wade Ryan Nolan”.

Hubo una larga pausa en el oscuro ambiente de la habitación. Al joven Norman le salían de sus ojos lágrimas de dolor y tristeza. Pero sus lamentos fueron retenidos por su amigo, el cual lo animo con unas cinco palabras: “Ya tienes a un hermano”. Norman al escuchar eso, se puso muy feliz, se paso la mano por la cara y se seco las lágrimas, luego con un poco más de tranquilidad le dijo a su amigo/hermano:

- “Y ahora ¿Qué haremos… sino tenemos el teléfono celular?”.

- “¡Podríamos escapar!”.

-“¡No, eso no va a funcionar!, si lo hacemos, tarde o temprano podrían encontrarnos”.

- “¿Al menos lo has intentado?” – pregunto Wade.

-“¡NO!”.

-“Podríamos intentar…, esa sería nuestra vía de escape, yo me encargare de planear cada detalle para poder escapar esta noche”.

Pasaron los minutos, hasta que de la nada una voz femenina se comenzó a escuchar desde afuera de la habitación. Esta misma gritaba: “WADE”. Wade se volteo y miro la puerta entre abierta de la habitación, y con un tono de estrés dijo: “M*erda es Laura”. Luego le dirigió la mirada a su amigo (hermano) pero este no dijo nada. Norman viéndolo, aprovecho para decirle: “Creo que es mejor que vayas a ver, parece importante”.

Wade le respondió un poco confiado: “¡Ya regreso, espérame aquí!”.

Al salir, vio que a lo lejos estaba Laura con una expresión de preocupación y enojo, esta estaba buscándolo.

Wade se acerco a ella. Sentía rabia y miedo, al mismo tiempo que lo hacía, pero tuvo que contener esas emociones para no levantar “sospechas”. Al acercársele Wade le dijo: “¿Laura?”.

Laura se volteo y al verlo le dijo: “Wade, Te estaba buscando por todas partes, ¿dónde estabas?”.

- “¿Acaso lo olvidaste?, estaba con Norman. En la “sala de castigo” respondió Wade enarcando una ceja.

- “¡OH!, es cierto, disculpa es que soy muy distraída en ciertas ocasiones, además tenía muchas cosas que hacer. Bueno eso ya no importa, lo importante es que  ya estás aquí (Laura hizo una pequeña pausa antes de responder), bueno Wade, ¡Es tiempo de que conozcas a tu nueva familia!” – le dijo Laura muy entusiasmada.

En ese instante Wade se quedo en Shock, ya que dejaría solo a su amigo/hermano; Wade sabía que Norman sería el siguiente en ser destripado por haber hecho tal acción.

- “¡No podemos esperar…, es que estoy ocupado!” – añadió Wade intentando buscar cualquier excusa, para no ir.

- “Lo siento Wade, pero “esperar” no es una opción. Por favor, ven conmigo” – respondió Laura.

Al escuchar eso, Wade se quedo callado y le hizo caso. Llegando a la oficina Laura le presento a la pareja.

-“Wade, quiero presentarte al Sr. Michael Sanger y a la Sra. Mayme Sanger” – Dijo Laura, Mientras sacaba de su escritorio una orden de retiro.

Al poner la orden de retiro en el escritorio junto con un bolígrafo, Laura le comenzó a explicar al confundido chico que la pareja llego a las 12:37 a.m. Ellos buscaban a un adolescente entre 14 y 16 años de edad, que tuviera buenas calificaciones y una actitud calmada y relajada. En ese momento Laura, saco de algunas gavetas las fotos de todos los 21 chicos, junto con las boletas de calificaciones (incluyendo a Wade). Laura con entusiasmo se las mostro a la pareja. Sin embargo la mayoría de los jóvenes tenían buenas notas y eran menores de edad. Hasta que finalmente la pareja vio con asombro las calificaciones de Wade, impactados dijeron que era el indicado, que era lo que habían estado buscando desde hace tiempo. Además, los 4 años de tormento que paso Wade en las calles se irían al olvido, ya que la pareja era muy adinerada y muy conocida en su vecindario. Básicamente le podrían dar a Wade, todo lo que quisiese, sin barreras ni límites.

Pero la mente de Wade no estaba muy apegada al tema. Más bien estaba mirando los alrededores pensando si era buena idea irse o quedarse. El Sr. Sanger comenzó a firmar la orden de retiro. Wade contuvo sus ganas de hablar, no dijo nada, simplemente fingió una pequeña sonrisa. Justo firmada la orden salieron de la oficina y los padres felices de tener a su difunto hijo, se fueron hacia el auto abarcado en el estacionamiento.

-“¡Tranquilo Norman, voy a Salvarte!” – Pensó.

Capitulo IV: Regreso

Al llegar al automóvil, el joven se sentó en los asientos traseros. Vio por la parte de atrás el orfanato y en la entrada estaba Laura, alzando la mano como señal de “adiós”. En ese momento a Wade se le apodero una fuerte rabia hacia ella, tanto que estaba decidido a matarla. Pero sus ganas fueron interrumpidas cuando sus padres adoptivos encendieron el coche para irse. Rápidamente el camino se iba haciendo cada vez más largo, haciéndose casi confuso recordar la ubicación del orfanato. Al llegar a su nuevo hogar, los padres le dieron un pequeño tour dentro de la casa, la cual era extremadamente grande, casi parecía una mansión.

El Sr. Sanger, llevo a su hijo a una especie de cobertizo, ubicado fuera de la casa. Este tenía herramientas de todo tipo. Wade se fijo en algunos alambres de púas colgados en el techo, al verlos,  sintió como una rara atracción hacia ellos. Justo en ese momento, la ira lo volvió a segar, sentía que tenía que vengar las muertes que Laura cometió, sentía que tenía que ella tenía que recibir un castigo al igual que sus ayudantes.

Michael (Sr. Sanger), ve a su hijo, le coloca la mano en su hombro y le dice: “Es tiempo de llevarte a tu dormitorio, hijo”, La rabieta de Wade se fue al escuchar eso. El Sr. Sanger llevo a su hijo a su dormitorio, el cual al verlo no demostró ningún sentimiento de felicidad, solo lo tomo por igual. Wade miro  a su alrededor, se acostó en su cómoda cama y ahí se quedo por una par de segundos, luego con curiosidad se levanto y abrió el armario, vio que en su interior había pantalones, camisas, camisetas, zapatos, abrigos, chaquetas, todo era de moda (en esa época). Nuevamente sin mucha emoción lo cerró y se acostó nuevamente en su cama, fue tan largo el viaje que Wade se quedo dormido.

Wade se despertó, ya no tenía mucho sueño. Vio el reloj de su habitación y este marcaba exactamente las 09:13 p.m. Wade volvió a sentir nuevamente su rabia y odio, esta vez no había nadie para interrumpirlo. Fue al cobertizo y ahí agarro los alambres, luego creó dos dispositivos parecidos a unos brazaletes, los cuales tenían almacenados en su interior dos alambres. Eran ya las 01:14 a.m. Su invención estaba más que lista, lo único que necesitaba era un sujeto de prueba…

Michael (Sr. Sanger) se levanto de su cama ya que tenía mucha sed. Bajo a la cocina, abrió la nevera y agarro la jarra de agua, al dar los primeros cuatro tragos, sintió una extraña sensación de ser observado detrás de sus espaldas. Quiso voltear pero no pudo, se congelo por un momento. Luego, sintió detrás de su espalda dos potentes disparos, algo que lo compararía con la fuerza de un calibre 50. Sangre comenzó a brotar de esas dos aberturas.  El hombre volteo antes de caer al suelo, y ahí vio a su hijo. Este llevaba como vestimenta, un pantalón de camuflaje militar marrón, una chaqueta marrón claro, unas botas militares y guantes negros, junto con unos extraños brazaletes plateados en sus brazos. Luego sin pronunciar palabra, Michael cayó al suelo blanco de cerámica blanca, manchándolo en el proceso con su sangre turbia.

-“¡FANTASTICO!...funcionan perfectamente (Wade se acerco al cuerpo agonizante de su padre) ¡Gracias por colaborar conmigo, padre!” – dijo arrodillándose. Wade se levanto, pero antes de irse apunto al corazón de su padre con uno de sus brazaletes. Sin pensarlo dos veces, disparo sus alambres los cuales penetraron la piel del difunto, llegando a atravesar sus pulmones. Estos se llenaron rápidamente de sangre causándole un doloroso ahogamiento con la misma. Antes de morir soltó al aire un fuerte grito, el cual fue escuchado por su esposa.

Mayme (Sra. Sanger) se levanto llevándose consigo un bate de Baseball. Cuando llego a la cocina, vio un espectáculo horrendo, pero no vio al responsable de producir tal masacre. La Sra. confundida vio que en la ventana de su casa, había unas luces rojas y azules cambiantes. Al instante una pareja de policías llego a la escena, y al ver lo ocurrido, la arrestan.

01:36 a.m. Wade se encontraba caminando hacia el orfanato, el tenia su conciencia muy vacía, no sentía compasión con nada ni  nadie. El joven vio a lo lejos una ambulancia, la cual iba muy rápido a un sitio exacto. Wade supuso que esta misma iría a la casa de sus padres adoptivos. Sin tomarle mucha importancia, continúo con su camino.

Eran las 03:27 a.m. de la mañana. Wade finalmente llegó al orfanato. Sin pensarlo dos veces entro. El lugar era el mismo desde adentro, solo que había mucha tención y sofocación en su ambiente. Él se dirigió al cuarto de castigo, abrió la puerta y para su sorpresa, Norman no estaba. Enfadado, fue a la habitación secreta, abrió aquella entrada y bajo los escalones. Al llegar vio a través de la misma grieta de luz, a los dos sujetos (John y Brad), uno de ellos estaba agarrando un pequeño bisturí, mientras que el otro veía  los expedientes de la víctima. Wade al asomarse un poco más, vio a su amigo con el estomago abierto y aferrándose a la vida en aquella mesa. Él, muy molesto salió de su escondite.

John vio al intruso, se acerco mientras su amigo también volteaba para ver.

-“¡EY! Quédate donde estas”- dijo. Wade vio que este llevaba algo en su mano un artefacto,  era una jeringa con un suero, lo iba a sedar. Wade no permitió esto, con solo tocar una parte de su brazalete, logro sacar dos de sus alambres, los cuales atravesaron el cuerpo de John. Fue tan rápido el supuesto disparo que John no se dio cuenta. Tocio sangre y jadeo, mientras intentaba quitarse aquel artefacto punzante de su cuerpo, pero no pudo, estaban profundamente enterrados, incluso las puntas sobresalían de su espalda. Luego, Wade activo los alambres de su segundo brazalete que al igual que el interior lastimo a John, pero no en el cuerpo, si no en su rostro. La vida de este término aquí. Wade saco los alambres de aquel cuerpo, los cuales regresaron automáticamente al interior de los brazaletes como una cinta métrica. Luego el chico se acerco al cuerpo de su víctima, el cual estaba tendido en el suelo, le quito la máscara antigás que portaba y con sus botas,  le comenzó a pisar fuertemente el rostro, a tal grado que este ya no parecía humano, estaba totalmente desfigurado. Wade, muy contento de haber hecho eso, observo que a la par suya estaba la máscara antigás, la recogió, la miro por un corto lapso de tiempo y luego se la coloco.

Brad al ver a su compañero muerto, tomo una barra de metal del suelo y se acerco rápidamente a donde Wade.

Wade sin moverse de su posición, apuntó a las piernas de su atacante. Luego, disparo de igual forma los alambres. Brad sintió un dolor muy agudo, cayó al piso instantáneamente quejándose de aquellas heridas. Wade al ver que este ya no hacía nada más, decidió sacarle los alambres. Luego, se dirigió a la mesa  de metal y cargo a su amigo/hermano, llevándolo hasta la entrada de la habitación. Ahí vio a Brad intentando escapar del lugar, pero Wade lo jalo por detrás de su traje y lo lanzo al suelo. Luego le metió una fuerte patada en su cabeza, provocándole un K.O instantáneo. Para que Brad no escapara, Wade prestó su atención a la máquina de acido. Bajo lentamente a su amigo/hermano al suelo, luego se incorporo, apunto al vidrio de aquel artefacto y disparo. El liquido de la maquina no tardo en desparramarse, inundando el interior de aquel lugar. Wade tomo a Norman rápidamente, y escapo lo más rápido posible. Dejando a los dos recolectores derritiéndose hasta los huesos.

En el Exterior Wade acostó a su amigo/hermano en una vieja cama con sabanas blancas y mugrientas. Intento despertarlo, pero era demasiado tarde, este había muerto desde hace poco. Al ver que su amigo/hermano no reaccionaba, Wade comenzó a llorar en el interior de su máscara, así duro por un par de minutos. Luego se reincorporo y reviso el interior de un antiguo armario que le llamó la atención. Dentro se encontraba un contenedor de órganos vacio, no estaba roto, estaba en estupendas condiciones. Lo agarro por las correas y lo llevo a donde Norman.

Wade observo el artefacto y el cuerpo constantemente. Luego por simple impulso acerco su mirada, para ver mejor aquella herida en el pecho de su amigo. En esa cavidad, se encontraba aun el corazón. El joven, sin tomar ningún contratiempo, introdujo su mano en aquella cavidad, sujeto el corazón con su mano y de un solo alón, extirpo aquel órgano. Abrió el contenedor y guardo el corazón en el mismo, para así llevar consigo, una pequeña parte de su amigo/hermano.

Capitulo V: Recolectar

Wade salió del orfanato, tomando el camino al estacionamiento, el cual era la salida más cercana. Sin embargo vio un coche de color rojo abarcado, y en ese coche una figura femenina salió. Wade al ver bien a dicha figura, su ira fu en aumento, era Laura, la cual estaba guardando los recipientes cuyo interior tenían órganos. Ella volteo por simple curiosidad y vio a una persona no menos mayor que ella. Esta portaba un contenedor en su espalda y pensó que era uno de sus compañeros. Ella un poco alegre y mandona le dijo:

-“Muy bien, ese es el ultimo que cargaremos por hoy, gracias John”. Laura se enoja al ver que su “compañero” tenía ese contenedor vacio, nada más contaba con un corazón en su interior.

-“¡JOHN! ¿Por qué ese contenedor esta vacio?” -  dijo enojada.

Su “compañero” respondió:

-“¡Porque aquí es donde guardare tus órganos……M*ldita!”. Laura al escuchar esa respuesta retrocedió lentamente, mientras decía: “No te me acerques… ¡quédate hay!”. La figura no le hizo caso, más bien se quito la máscara antigás que portaba. Laura al verle el rostro entro en pánico ya que se trataba de Wade. Este se volvió a poner nuevamente la máscara y activo sus alambres los cuales tuvieron éxito, perforándole la pierna a Laura, las puntas de los alambres sobresalían en la parte trasera de su pierna. Ella grito de dolor, con todas sus fuerzas  logro sacarse los afilados alambres de su pierna, y por miedo,  salió corriendo a muy duras penas fuera del estacionamiento, llegando a las húmedas aceras de aquellas desoladas calles. Wade observo con mero placer como ella se quejaba de aquella herida la cual dejaba un rastro fresco de sangre. Ella gritaba por ayuda, pero nadie estaba ahí para oír a sus desgarradores llamados.

Archivo:Wire Wade (Fan Art).jpg

Desesperada, Laura se cae al suelo. Se levanta a

muy duras penas, viendo que a la par suya, se encontraba la entrada de un parque llamado  “Spring Leaves” (hojas de primavera),  sin pensarlo dos veces entro. En el interior de aquel lugar, se encontraba una gigantesca arboleda, junto con bancas y postes de luz. Caminó, hasta que vio una enorme roca. Impulsada por el miedo, decidió que era mejor quedarse a reposar detrás de la misma. Se sentó muy adolorida y cronometro en su mente 15 minutos. Aprovecho ese tiempo, para quitarse su suéter blanco y amarrárselo alrededor de la pierna, cubriendo en su totalidad las heridas. Ya transcurrido el tiempo, Laura se levanto muy lentamente y se movilizo por los alrededores del parque, buscando la entrada principal que también funcionaba como salida. En su pequeña búsqueda, tropezó con varias raíces de árboles y arbustos, mientras volteaba muy a menudo para confirmar si Wade se encontraba detrás de ella, por suerte eso no fue así. 

Tomándose un respiro de alivio, vio la entrada del parque. De pronto escucho un fuerte estruendo detrás de ella, no se volteo ya que tenía mucho miedo. Aquel estruendo era Wade, el cual dio unos lentos pasos hasta llegar al oído de aquella mujer petrificada “¡hola Laura!”- susurro.

Wade retrocedió hacia atrás, luego disparo rápidamente sus alambres, los cuales perforaron la otra pierna de Laura. Ella cayó al piso, reaccionando ante su situación. Al no poder usar sus piernas esta se arrastro desesperada por escapar y suplicándole a Wade que la dejara vivir. Wade le respondió físicamente, agarrándola por su cabello y golpeándole la cabeza fuertemente contra el suelo, haciendo que esta escupiera sangre por la nariz y por la boca. Aun estaba consiente pero débil, con sus pocas fuerzas Laura fue capaz de levantarse, pero caía conforme daba un paso. Continúo caminando maldiciendo a Wade en el trayecto. Este no la seguía,  más bien disfrutaba verla en esas condiciones, sintió que una enorme carga se fue aligerando.

Laura pasó por debajo de un poste de luz, este ilumino todo su rostro y el camino de sangre que dejo. Ella sintió como su cuerpo se iba poniendo rígido, pero sus deseos de seguir con vida eran más fuertes que eso. Sin embargo su mala suerte fue creciendo ya que ella piso un artefacto ubicado en el poste, el cual, sujeto una de sus pierna, este mismo dejo colgando a Laura boca abajo.

El artefacto era un alambre que le sujetaba fuertemente la pierna, en el proceso, le provocaba fuertes cortadas conforme se movía para escapar. Lagrimas de dolor corrieron por su rostro. Wade se acerco hacia ella y con su dedo índice señalo su estomago. Luego con sus propias manos le arranco grandes trozos de carne, creándole una enorme abertura en el mismo. Ella con sus pocas fuerzas, fue capaz de ver a aquel joven sacándole sus órganos poco a poco. Los cuales terminaban almacenados en aquel contenedor que se quito de su espalda. Laura lentamente fue sucumbiendo, Wade al verla cerrar sus ojos, la tomo por la cara, despertándola con una frase:

-“¡Aun me falta quitarte estos!”. Dicho esto Wade le arranco los ojos, dejando esas cuencas totalmente vacías, y para finalizar activo nuevamente sus alambres, los cuales atravesaron el cuerpo de Laura, matándola definitivamente. Sin embargo esto no era suficiente para Wade, así que desactivo aquella trampa dejando caer el cuerpo al suelo. Arrastro el cuerpo sin vida al orfanato. Fue a la cocina, y vio que en el frigorífico de carnes habían enormes ganchos para cerdos, agarro uno y lo introdujo en la boca de Laura. La punta sobresalió en una de sus cuencas. Mientras observaba sentado aquel cadáver colgado y derramando sangre, Wade aun sentía que sus ganas de matar aun no estaban del todo satisfechas, así que arreglo nuevamente su brazalete derretido, y se dirigió al dormitorio de los niños…

“13/09/1993, 05:57 a.m. Se recibió en la estación de policía una llamada anónima, informando que varios niños del orfanato “Little Memories” fueron asesinados. Los cuerpos se encontraron ubicados en el frigorífico de carnes, colgados por unos afilados ganchos para cerdos, y careciendo también de sus propios órganos. La policía aun no sabe con exactitud quien fue la persona responsable que les hizo el comunicado. Según los informes del orfanato, 19 niños fueron asesinados, contando con la dueña del orfanato Laura Giles y a otras dos personas de identidad aún desconocida, debido a que sus rasgos faciales  fueron brutalmente quemados por acido”.

“14/09/1993, Según el testimonio que le ha podido proporcionar  la Sra. Mayme Sanger a la policía. El responsable de provocar dichas tragedias, fue su hijo adoptado Wade Ryan Nolan. El cual, asesino de manera brusca a su marido el Sr. Michael Sanger. Todo esto se confirmo gracias a los documentos de la adopción. Este chico de 16 años se encuentra hasta ahora en paradero desconocido y se recomienda encarecidamente que…” (Un Sr. obeso el cual trabajaba en una tienda de abastos y frutas, apago su muy antigua televisión). 

-“¡Tonterías!, las noticias de ahora solo sacan más m*erda para alterar a la comunidad” – gruño en su sucio sofá rojizo, mientras acercaba una de sus manos para sujetar una botella fría de cerveza, ubicada en una mesita de noche. De pronto, una de las ventanas de su hogar se abrió, un viento helado invadió aquel lugar. El Sr. observo cómo sus cortinas se agitaban estrepitosamente, y como el viento aullante traía del exterior varias hojas secas las cuales caían ligeramente al suelo. Pero lo que le causo pavor, fue que una silueta masculina, la cual portaba una máscara antigás y un enorme contenedor en su espalda lleno de órganos, entro por dicha ventana, irrumpiendo la muy calmada noche de aquella vivienda…

FIN.

 

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