Wiki Creepypasta
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Liam era un chico tranquilo y solitario, de ojos verdes azulados y de piel pálida con el cabello blanco como la nieve, aunque con mechones lilas

Su madre se preocupaba por él y sus estudios, mientras que su padre pocas veces llegaba a casa ya que era alcohólico y en esas veces discutía con la madre de Liam y golpeaba a este.

Para su padre, en el se reflejaba el aspecto de un monstruo, un hijo que no había sido deseado, puesto que su madre y su padre querían una hija, y también porque sus rasgos no eran iguales ni parecidos a los de su madre ni su padre.

En cambio, su madre le tenia cariño y desde que era un niño le llamaba “Mi ángel” pues para ella, a pesar de haber nacido varón y no tener un aspecto físico parecido a alguno de los dos, era un milagro.

Liam era tan tranquilo y amable que muchos compañeros de clase se aprovechaban de él, quitándole útiles escolares, el dinero del almuerzo o hasta gastándole bromas pesadas que a pesar de no notarse, le colmaban la paciencia.



-        ¡Ey Liam! ¡Baja de las nubes que te estoy hablando! – Lo llamo Tyler. Para él, la voz de su mejor amiga era inconfundible entre el resto de los jóvenes de la clase. Eran amigos desde el primer año de secundaria y ninguno había defraudado al otro. Tyler era una chica honesta y amigable, de cabellos castaños claros y ojos miel. Le encantaba dibujar, y era por eso que varias veces los profesores del colegio debían llamar su atención.

-        ¿Eh…? ¡Ah si! Si… te escucho… - bajo la mirada sonrojado por la vergüenza. No le agradaba que Tyler lo bajara de las nubes en plena clase, y menos frente a todos los compañeros del salón.

-        Liam… Te estaba diciendo que… No importa, ignóralo, ya se me olvido… - Dijo apenada Tyler, como toda persona a la que se le olvida lo que iba a decir.



Liam sintió un suave golpe en su nuca, y dio media vuelta para dirigir su mirada al joven que le había tirado la bola de papel, frunció el ceño y volvió a escribir lo puesto en el pizarrón.



En el receso, Josh, Dylan y Philip lo molestaban, como siempre. Liam solo intentaba atajar las golpizas que recibía, lo cual no lograba. Entonces Tyler apareció, posicionándose detrás de los tres chicos y los golpeo, llamando su atención.



-        Oh, no puede ser que una chica te defienda, pequeño idiota. Bien, tal vez esta vez te has salvado de varios golpes más, pero asegúrate de que en la noche estés bien protegido, porque esto no termino… Liam Welleston. - hablo firme Josh.

-        Ya váyanse y déjenlo. Mas golpes recibirá conmigo si sigue sin pedir ayuda el muy estúpido… - hablo con firmeza Tyler, fingiendo su enojo.



Los jóvenes se alejaron y la chica de ojos miel se acerco a Liam extendiéndole una mano. Este se puso de pie y limpio con una de las mangas de su buzo celeste la sangre de la herida que cortaba su labio inferior.



-        lo siento. - Murmuro con la mirada baja.

-        No importa, pero recuerda que debes llamarme cada vez que ocurra esto. No te hagas el “machito” y des pelea tú también. Esos idiotas son tres y tú eres débil para defenderte de ellos con las pocas fuerzas que tienes. Hoy apenas has comido algo y hasta pareces cansado… ¿Sabes? Deberías descansar un rato hoy. Suficiente con que hallas venido al colegio esta mañana. – hablo Tyler.

-        Pero no puedo… debo-… - Liam fue interrumpido por un quejido de la joven.

-        ¿Qué es tan importante como para no descanses? ¡Estas poniendo en riesgo tu salud! – Tyler miro preocupada al joven.

-        Esta bien… - Liam miro a otro rincón y de pronto se escucho el sonido de la campana que anunciaba el termino del receso.

-        Debo irme… Tengo clases de botánica. ¡Cuídate y si otro imbécil te golpea, no seas infantil y llámame! – Tyler se fue dejando a Liam solo. Este, por su parte, regreso a clases.

Entonces, hundido en sus pensamientos, se dio cuenta de algo: Las bromas ya se estaban siendo más pesadas que antes y los golpes que recibía a veces eran más fuertes y mayor cantidad. Era como un cordero… pero dentro de él se escondía un lobo, un lobo que deseaba salir de su traje de tierno cordero en algún momento…




El día poco a poco iba terminándose, y por la noche, encerrado en su habitación con sus auriculares y dibujando, se sobresalto al escuchar unos golpes en la ventana. Se acerco a esta y levanto el vidrio para ver que era.

El causante de los golpes era Josh, quien había estado arrojando piedras pequeñas, mientras que Dylan y Philip reían burlonamente.

Liam salio corriendo de su habitación, tomo un cuter y salio al jardín delantero de la casa, donde se encontraban los tres bravucones del colegio. Estos miraron con una sonrisa a Liam y se dirigieron a un bosque donde se detuvieron unos segundos y observaron al joven.



-        ¿Qué nos vas hacer con eso? No me hagas reír… Eres débil hasta para matar a una mosca… - Hablo Philip.

-        ¿Acaso no escuchaste a tu amiguita, mocoso? ¡lárgate y pídele ayuda! – los tres estallaron en una carcajada y aquello aumento la ira de Liam.



Por un momento los ojos del pálido joven resplandecieron de ira con la luz de la luna de aquella noche y el lobo vestido con el traje de un tierno cordero se revelo. Liam apretó con fuerza el cuter y sonrío con maldad. El tímido joven que se hallaba frente a los ojos de los tres bravucones había desaparecido, dejando lugar a un chico lleno de ira.

La sonrisa de burla de Dylan desapareció y en su rostro se reflejo el miedo. Philip retrocedió unos pasos con temor, y Josh se puso serio, sin dejar que el miedo lo invada.

Entre la pelea, el hilo de cordura de Liam era fino y poco a poco iba rompiéndose, hasta que en un momento, fue empujado bruscamente por Philip, y el fino y frágil hilo de cordura se rompió. Se incorporo y se abalanzo sobre Philip, a quien estrangulo unos minutos para luego hundir el filo del cuter en su cuello. Lamió la sangre que había en el cuter y se abalanzo a su segunda victima, Dylan. Luego de haberlos asesinado, miro a Josh con una sonrisa diabólica y coloco un dedo en sus labios dándole la orden de que hiciera silencio.



-        Si finges ser mi amigo y no decir nada, te dejare libre, pero tendré que hacer algo contigo… - hablo seriamente.



Liam llevo a Josh a su casa, y ya ambos en su habitación, el joven comenzó a coserle los labios al bravucón, quien daba quejidos de dolor y sentía la sangre brotar.



-        Listo. No te muevas de aquí, o las consecuencias serán graves… - Liam dejo solo a Josh, y este aprovechando que el menor se había ido, intento escapar sigilosamente, sin antes intentar decirle a una señora lo que había pasado. La señora, era la madre de Liam.

Un cuchillo se clavo en su espalda, e hizo que cayera al suelo quejándose de dolor.



-        Te dije que no le dijeras nada a nadie… Que mal, ahora estarás muerto… - hablo Liam.

Su madre lo miro aterrada.



-        Liam… Hijo… ¿Qué has hecho?... ¡¿Estas loco?! – Hablo con terror la mujer.

-        Mamá… tu querido hijo solo era un lobo en la piel de un cordero… - Liam sonrío. Ya no era él…


El joven escapo de la casa, sin antes dejar inconsciente a su madre con un líquido. A su lado, dejo el cuter, una aguja y un hilo.




Estaba mirando la televisión. No lograba conciliar el sueño. Ya era tarde, y yo me hallaba mirando las noticias, cuando de repente hubo una que me llamo la atención: se trataba de una mujer que había asesinado a tres chicos a los cuales reconocieron como Dylan, Philip y… ¿Josh? ¿Acaso esos no eran…?

¡Era la casa de Liam, su madre y los tres jóvenes que lo molestaban!

Me quede inmóvil unos segundos. No podía ser real lo que escuchaba…

Entonces unos golpes a la puerta me trajeron al mundo de vuelta y fui a abrir. Encontré a Liam en la entrada de la casa, y lo mire con terror y tristeza.

 

-        ¡Liam! ¡¿Estas bien?! ¡Tu madre…! – intente terminar mis palabras pero Liam me hizo callar sacando un cuchillo y colocándolo frente a mis ojos.

-        Adivina Adivinador… ¿Quién mato a aquellos jóvenes y quien fue quien se vengo? – Liam me sonrío como loco. El horror me atrapo. No fue su madre la asesina…

-        Fuiste tu… - susurre.

-        ¡Muy bien, Tyler! Creo que te mereces un premio, y te daré a elegir: ¿Una muerte dolorosa… o sin dolor y rápida? – No supe que decir. El terror me tenía atada. Liam me apuñalo.

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